En el principio
En el principio
Si he perdido la vida, el tiempo, todo
lo que tiré, como un anillo, al agua,
si he perdido la voz en la maleza,
me queda la palabra.
Si he sufrido la sed, el hambre, todo
lo que era mío y resultó ser nada,
si he segado las sombras en silencio,
me queda la palabra.
Si abrí los labios para ver el rostro
puro y terrible de mi patria,
si abrí los labios hasta desgarrármelos,
me queda la palabra.
Después de deleitarme con palabras, música y sonidos que me han hecho soñar con el amor, con Dios, con la belleza de esas voces tan espectaculares que tenéis.Me encuentro con este macabro poema con el que has conseguido, Javier, impresionarme. Precioso.
ResponderEliminarY el blog: ¡Chapó!
Hola, Manolo. Gracias por tu visita, aunque creo que al macabro poema al que te refieres nos es éste, sino La desesperación de Espronceda.
ResponderEliminarUn abrazo.